martes, 25 de noviembre de 2014

OSCURIDAD

Hola queridos amigo@s, hoy voy ha escribir sobre algo que ha ido adentrandose en mi vida cada vez más, la oscuridad. Lo primero que se nos viene al pensar en esta palabra suele ser la noche, nos sentimos rodeados de algo donde ni tan solo podemos distinguir donde estamos, no sabemos si estamos solos, no sabemos que podemos encontrar a nuestro paso, el negro nos envuelve en su oscuro manto y ni tan solo nos atrevemos a movernos. Tu mente, inconscientemente, ha empezado a barajar todas las situaciones de temor que has sentido al estar envuelto en la oscuridad, y eso, que ahora mismo, tienes como mínimo la luz del ordenador, pero, ya has empezado a pensar, ¿qué hay debajo de la cama? ¿hay alguien observándome? ¿qué ha sido ese ruido? Has empezado a cuestionarte que hay dentro de la oscuridad, y al hacer esto, en realidad, te estas sumergiendo en ella...  Tu imaginación tiene el mayor poder de todos, nadie lo vence, pero es esta también quién acaba creando nuestros temores... Sin darnos ni cuenta empezamos a juzgar la oscuridad, empezamos a temerla sin ni tan solo haber experimentado algo junto a ella... Asociamos el negro con la tristeza, con el temor, con la soledad, ¿alguna vez os habéis preguntado por qué? Todo el mundo, a lo largo de su vida a necesitado acurrucarse en el sofá, en la cama, en la silla, en la calle... envuelto por pura oscuridad, por la luz de la noche... Y mi pregunta es, ¿por qué hacemos esto? ¿No se supone que la oscuridad representa lo cruel? A pesar de todo el temor que nos causa, de todos los momentos que intentamos evitarla, al final, cuando no sabemos

ni lo que queremos es ella quién nos envuelve con su oscuro manto, quién nos adentra en la oscuridad para que poco a poco nos vayamos recomponiendo, para que poco a poco, con nuestro tiempo salgamos de ese abismo y nos atrevamos a volver a la luz... La oscuridad se puede ver y asociar con muchas cosas, pero en realidad, todo el mundo la necesita, pues sin oscuridad, no habría momentos de reflexiones, no aprenderíamos jamás, y no habría nadie con un oscuro manto que nos intente animar...

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